Si partimos de la base que cada hombre tiene su veta y que en el peor de los casos sólo resta descubrirla. Podemos concluir, oh, joven zanahoria, que tú también tienes tu veta: betacaroteno (algo es algo, che...)
Qué me van a hablar de humor
jueves, 7 de octubre de 2010
jueves, 16 de septiembre de 2010
La convivencia no es fácil (o crónica de un asesinato premeditado)
- Todo empezó cuando arranqué la dieta.
- Todo comenzó cuando inicié el régimen.
- Íbamos rumbo al almacén a comprar un yogurth con cereales.
- Nos dirigíamos a un Establecimiento Minorista a adquirir un yogurth LIGHT con cereales.
- Empezó a romper las pelotas con que comprara SÓLO el yogurth LIGHT.
- Manejó la posibilidad de degustar, ADEMÁS, un alfajor PROHIBIDO.
- Fuimos hasta la heladera. Agarramos el PUTO yogurth LIGHT.
- Nos acercamos a la heladera. Tomamos el SANO lácteo.
- Sonrió el maldito con la elección.
- Se disgustó el irresponsable con la elección.
- Fuimos hasta la caja.
- Procedimos a abonar.
-Y en un descuido, aproveché con astucia y...
-Y en un descuido, me distraje tontamente y...
- Agarré el alfajor!!! Tomá, PUTO!
- Engordá, IDIOTA!
Pero esto recién empezaba. Al tiempo caminábamos rumbo al almacén cuando...
"Uuuuh, ahora aprovecho y me compro puchos!"
- Dije con desbordante alegría.
- Escupió insensatamente.
"No. No fumamos hace dos días. Comprate algo dulce, lo que quieras con tal de que te hagas el gusto pero cigarros, no.
- Respondió el ortiva.
- Censuré con mesura.
"¿Un alfajor triple?"
- Tanteé la situación con resignación.
- Cedió prudente
"Lo que quieras"
- Accedió a algo, el torturador.
- Aprobé con ternura
"Y un cigarrito suelto?"
- Insistí buscando concenso.
- Insistió tosudamente.
"No"
- Decretó vilmente
- Impuse como es debido.
"Ok"
- Refunfuné.
- Entró en razón.
"Vas a llevar algo más"
- Oí decir a la almacenera y un haz de luminosa esperanza me llenó de júbilo.
- Oí decir a la almacenera y temí por la inminente respuesta.
Ya en la vereda:
"No exageres"
- Minimicé el asunto.
- Dijo livianamente.
"Uno suelto no pasa nada!". Y la frase salió junto con el humo.
- Desde ese día, estoy pensando fríamente en asesinar a mi Super Yo.
- Desde ese día, estoy manejando la posibilidad de aniquilar a mi Yo.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
martes, 14 de septiembre de 2010
Ay junagransiete!
Alguien que visitó la ExpoPrado el fin de semana , jura haber oído a un caballo decirle a su jinete mientras apoyaba canchero la pezuña sobre la tranquera y mascaba de coté una zanahoria “todo ok, pero esta vez, vamos sin rodeos...”
Es en esta misma exposición que la Universidad de Zaragoza dio a conocer los resultados de una exhaustiva investigación llevada a cabo durante el 2009.
Los datos confirmaron lo que se sospechaba popularmente: que si bien antaño en el campo se disfrutaba de entonar payadas y de arrimarse a alguna oveja en busca de acallar la soledad, el joven gaucho de hoy en día prefiere el rock nacional y especialmente se relame cuando ve la puerca.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Sólo sé que no sé nada
Hace ya muchos años, se dio esta conversación con Guada, quien en ese momento estaba en el liceo de Bellas Artes en La Plata:
G: Cuando llegue a casa tengo que ponerme a hacer una tarea, una escultura.
Y: Aaaah, sí? Y qué vas a hacer?
G: Un busto.
Juro por mi madre que imaginé algo así:
- uuuh, qué loco!, exclamé.
domingo, 12 de septiembre de 2010
Necesito con urgencia depilarme.
Mantengo la teoría de que el largo del pelo es proporcional al tiempo que hace que estoy en pareja. Mirando mis piernas, notarían que ya pasaron dos años y poquito...
Al principio, para que no creyera que era una dejada, vivía con la epilady y la maquinita de afeitar dale que te dale. Impecable, encremada, tersa. Cada ducha diaria incluía una rasuradita por las dudas, no vaya a ser cosa...
Los meses fueron pasando y como la confianza no mata sólo al gato sino también al romance, mis piernas empezaron a verse alijadas. Qué feo esos pinchos negros que asoman tímidamente pero se vienen con todo! Caradura como pocas, esbozaba un "ay, nooo, que no me depilé, me da vergüenza que me acaricies".
Vergüenza debería haberme dado más adelante, cuando me paseaba como si tal cosa con mis piernas de futbolista (medias incluidas, qué pintoresco).
Varias veces se armaron en la puerta de casa manifestaciones por parte de las protectoras de animales que reclamaban enconadas al grito de "largá el pantalón de visón, asesina!". Imposible salir de casa.
Estuve manejando la posibilidad de someterme a una depilación definitiva. Averigüé sobre precios y me quedó clarísimo por qué es definitiva: además de los pelos te depilan el bolsillo, un ojo de la cara y alguna cosa más.
Buscaré una alternativa menos costosa: quizás si espero que me crezcan lo suficiente, puedo vendérselos a esta gente que hace pelucas. O bien hacer trenzas (tipo ochitos), cortar toda la trama por el lado interior y vendérselos a los extranjeros europeos como calentadores autóctonos.
Mientras tanto, le rezo a San Ex-pelito (Julián Weich) por no perder las mañas, pero sí algún que otro pelo...
Mantengo la teoría de que el largo del pelo es proporcional al tiempo que hace que estoy en pareja. Mirando mis piernas, notarían que ya pasaron dos años y poquito...
Al principio, para que no creyera que era una dejada, vivía con la epilady y la maquinita de afeitar dale que te dale. Impecable, encremada, tersa. Cada ducha diaria incluía una rasuradita por las dudas, no vaya a ser cosa...
Los meses fueron pasando y como la confianza no mata sólo al gato sino también al romance, mis piernas empezaron a verse alijadas. Qué feo esos pinchos negros que asoman tímidamente pero se vienen con todo! Caradura como pocas, esbozaba un "ay, nooo, que no me depilé, me da vergüenza que me acaricies".
Vergüenza debería haberme dado más adelante, cuando me paseaba como si tal cosa con mis piernas de futbolista (medias incluidas, qué pintoresco).
Varias veces se armaron en la puerta de casa manifestaciones por parte de las protectoras de animales que reclamaban enconadas al grito de "largá el pantalón de visón, asesina!". Imposible salir de casa.
Estuve manejando la posibilidad de someterme a una depilación definitiva. Averigüé sobre precios y me quedó clarísimo por qué es definitiva: además de los pelos te depilan el bolsillo, un ojo de la cara y alguna cosa más.
Buscaré una alternativa menos costosa: quizás si espero que me crezcan lo suficiente, puedo vendérselos a esta gente que hace pelucas. O bien hacer trenzas (tipo ochitos), cortar toda la trama por el lado interior y vendérselos a los extranjeros europeos como calentadores autóctonos.
Mientras tanto, le rezo a San Ex-pelito (Julián Weich) por no perder las mañas, pero sí algún que otro pelo...
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